Sesión sobre las Empresas Agroalimentarias del Caribe n°6

Tradicionalmente, la región del Caribe exporta un número limitado de productos primarios (por ejemplo, plátanos, azúcar) sin ningún valor añadido que están sujetos a la volatilidad del mercado y a la competencia de los grandes países productores con costes de producción más bajos y mano de obra más barata. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) de América Latina y el Caribe (ALC) que exportan suelen vender sólo unos pocos productos en un número muy reducido de mercados. Esto dificulta que los productores caribeños consigan economías de escala y ahorros de costes produciendo grandes cantidades para los mercados de masas. Debido al reducido tamaño del mercado caribeño y a los bajos volúmenes de productos agroalimentarios, especialmente en los pequeños países insulares, los productores se ven obligados a mantener una producción a pequeña escala de un número limitado de productos. Además de las limitaciones de la tierra, el atractivo cada vez menor de los empleos agrícolas es un problema.

La diversificación del sector agrícola a través del importante desarrollo de la transformación (chocolate, aceite de coco, etc.) se ha logrado en parte gracias a importantes inversiones en infraestructuras, mercados y finanzas. Para ascender en las cadenas de valor y aumentar los ingresos de los agentes de la cadena de valor, es necesario estar presente en los sectores de valor añadido, en los productos de transformación y en los productos con acabados superiores que pueden encontrarse en los estantes de los mercados de gama alta.
Además, la exportación aumenta la productividad de las empresas, crea capacidad comercial y alivia las restricciones crediticias, todo lo cual es esencial para que las PYMES se conviertan en grandes empresas que estimulen el comercio y la creación de empleo. Las PYMES que exportan de forma regular también son clave para introducir nuevos productos en la cesta de exportación de su país, por lo que desempeñan un papel crucial en la diversificación de las exportaciones.

Es necesario que las pequeñas y medianas empresas locales desarrollen productos de alto valor añadido, de calidad y especializados en nichos de mercado, como los que demandan los mercados de alta gama, para poder competir a nivel mundial. En este contexto, los mercados especializados y de nicho con márgenes más elevados son una opción atractiva para los productores caribeños.

En los mercados de exportación, regionales y relacionados con el turismo, la calidad del producto es esencial y ofrece a las empresas caribeñas nuevas oportunidades. Sin embargo, la industria de alta gama se encuentra a menudo con problemas comunes de abastecimiento, calidad inadecuada, consistencia del suministro, fiabilidad, normas o volúmenes, agravados por un transporte y una logística deficientes. La evolución de los gustos y las expectativas de los consumidores exige una atención e inversión constantes. Las empresas necesitan presupuestos para marketing y publicidad, que a menudo se descuidan.
Vender en mercados locales o extranjeros de alto nivel exige estudiar el mercado, desarrollar canales de comercialización, adaptar los productos y los envases, cumplir las normas de calidad y los requisitos de etiquetado, gestionar nuevos procedimientos administrativos y requisitos normativos, y acceder a la distribución de diversos clientes.