Modelos de negocio resilientes al clima para mujeres emprendedoras
Sesión sobre las empresas agroalimentarias del Caribe n°19
octubre 23, 2025
El sector agroalimentario de América Latina y el Caribe está experimentando profundos cambios, impulsados por las tendencias mundiales, las presiones climáticas y la evolución de las demandas de los consumidores. El aumento de los precios de los alimentos, los costos de la energía y los fertilizantes, y las interrupciones en la cadena de suministro, incluidas las agravadas por la guerra en Ucrania y la pandemia de COVID-19, están dificultando cada vez más el acceso a alimentos nutritivos y asequibles. En toda la región, las disparidades en la producción, la nutrición y el acceso a los mercados configuran los sistemas alimentarios, siendo las mujeres, los niños, los pequeños agricultores y las poblaciones urbanas pobres los más afectados. Al mismo tiempo, la dependencia de los alimentos importados hace que muchos países del Caribe y América Latina sean vulnerables a las crisis externas, desde desastres naturales hasta la volatilidad económica, lo que crea tanto riesgos como oportunidades para los empresarios agroalimentarios locales.
El sector está siendo remodelado por la tecnología, el clima y los mercados cambiantes. El cambio climático, a través de la variación de las precipitaciones, el aumento de las temperaturas y los fenómenos extremos como inundaciones, sequías y huracanes, está amenazando la productividad, la calidad de los alimentos y la estabilidad de la cadena de suministro. Las herramientas digitales, como los sensores del Internet de las cosas, los drones, la inteligencia artificial, la automatización y la cadena de bloques, están ayudando a los agricultores y a las empresas agrícolas a producir de manera más eficiente, reducir las pérdidas y crear cadenas de suministro resilientes y trazables. Los consumidores demandan cada vez más alimentos seguros, nutritivos y producidos de manera sostenible, y valoran la transparencia, las prácticas éticas y la responsabilidad medioambiental.
Los sistemas agroalimentarios del Caribe y América Latina son muy diferentes: pequeños, dependientes de las importaciones, muy vulnerables al clima y cada vez más vinculados al turismo y a las estrategias de resiliencia en el Caribe, y grandes, impulsados por las exportaciones, abundantes en recursos y fundamentales para los mercados alimentarios mundiales en América Latina. Sin embargo, en lo que respecta a las pequeñas y medianas empresas (pymes), parece haber una serie de similitudes.
En ambas regiones, las pymes agroalimentarias son en su mayoría empresas familiares, de pequeña escala y, a menudo, informales. Se enfrentan a restricciones crediticias debido a los elevados requisitos de garantía, la falta de productos financieros adaptados y la limitada disposición a invertir. Para las pymes, el acceso al capital circulante, los seguros y la inversión a largo plazo sigue siendo un obstáculo. Las pymes agroalimentarias también suelen tener dificultades para conectarse con mercados, procesadores y exportadores más grandes. Además, las pymes son más vulnerables a las crisis externas y los fenómenos climáticos. Las pymes de ambas regiones suelen carecer de conocimientos técnicos, habilidades empresariales y herramientas digitales para mejorar la producción, aumentar la eficiencia y acceder a nuevos mercados. Por último, las pymes suelen operar en entornos en los que las políticas, los incentivos y los servicios de apoyo no se adaptan a sus necesidades.
A pesar de las limitaciones, las pymes de ambas regiones son motores de innovación en nichos de mercado (productos ecológicos, agroecología, agroturismo, alimentos procesados). Las mujeres y los jóvenes emprendedores que dirigen estas pymes son especialmente dinámicos, desarrollan nuevos productos y servicios en torno a la alimentación, la gastronomía y la sostenibilidad, y desempeñan un papel fundamental en el empleo y los medios de vida rurales.
Para hacer frente a estos retos es necesaria una transformación profunda de los sistemas alimentarios de la región. Las soluciones deben centrarse en impulsar la producción de los pequeños y medianos agricultores y las pymes, mejorar la calidad nutricional de los alimentos y fortalecer las cadenas de suministro para que todos tengan acceso a alimentos seguros y asequibles.
El Marco Estratégico 2022-2031 de la FAO y otras iniciativas regionales hacen hincapié en la creación de sistemas alimentarios eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles. Guiados por los cuatro «mejores» (mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y mejor vida), estos marcos fomentan la inversión en la agricultura a pequeña y mediana escala, la adopción de tecnología, las prácticas sostenibles y la mejora de las cadenas de suministro. Esta transformación presenta tanto retos como oportunidades para los empresarios agroalimentarios del Caribe y América Latina. Mediante la innovación, el aprovechamiento de la tecnología y la oferta de productos orgánicos, especializados o de valor añadido, las empresas pueden reducir la dependencia de las importaciones, fortalecer las cadenas de valor locales, captar mercados con mayores márgenes y mejorar la seguridad alimentaria regional, al tiempo que responden a las preferencias cambiantes de los consumidores.
Sin embargo, el pleno potencial del espíritu empresarial en el sector solo se materializará si se refuerzan las condiciones propicias. Los gobiernos, los organismos regionales y los socios para el desarrollo deben trabajar juntos para eliminar las barreras estructurales, ampliar el acceso a la financiación, invertir en infraestructura digital y física, armonizar las normas y garantizar políticas inclusivas en materia de género y juventud.
Al alinear el dinamismo empresarial con políticas de apoyo, prácticas sostenibles y estrategias inclusivas, América Latina y el Caribe pueden pasar de la vulnerabilidad al liderazgo en la construcción de sistemas alimentarios eficientes, sostenibles y justos. El camino a seguir es claro: fomentar la colaboración entre sectores, invertir en resiliencia y tecnología, y situar a las personas y al planeta en el centro de la transformación del sistema alimentario.
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Join our Forum to discuss and explore how to encourage innovations across agricultural value chains to transform food systems in African, Caribbean and Pacific countries and beyond, promote sustainable agriculture & leverage investments. Share insights, ask questions, and collaborate on innovative solutions for a greener future.

Allister Glean
Representante en Barbados, IICA

Jeremy Knops
Delegado General, COLEAD

Nina Desanlis-Perrin
Responsable de proyectos, COLEAD

Maria Luisa Luque Sánchez
Cofundadora, Nuup, México

David Crum-Ewing
Director de operaciones, Grace Kennedy, Jamaica

Maryan Setrodikoro
Directora, Eden Herbs and Spices, Surinam

Larry Holder
Ecutivo de relaciones públicas, Novo Foods, Trinidad y Tobago

Juan Carlos Estrada
Técnico de apoyo comercial, Secretaría de Integración Económica de Centroamérica (SIECA)

Melissa Brown
Economista agrícola sénior, Banco Mundial

Phelese Brown
Phelese Brown – Especialista en seguimiento y evaluación, Fondo de Inversión Social de Jamaica (JSIF)
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